jueves, 12 de diciembre de 2013

Los alumn@s de tercero hemos escrito este cuento navideño siguiendo una técnica de Rodari, plantear una pregunta: qué pasaría si…

¿Qué pasaría si un día abres el frigorífico y descubres que desde el fondo se ve una luz que da a un espacio exterior?

                                   Pablo y el reno

Una tarde de invierno Pablo tenía mucha hambre y fue a la cocina para hacerse la merienda. Iba pensando que le apetecería comerse un bocadillo de chorizo con tomate.
Abrió el frigorífico y vio una extraña luz. Se quedó mirándola fijamente, empujó el fondo y se abrió un paisaje cubierto de nieve. Decidió investigar lo que había y cruzó la puerta. Lo primero que vio fue unas huellas no muy grandes que parecían de caballos o de algunos animales que tenían pezuñas.
Siguió las huellas y encontró a un reno herido. Le observó detenidamente .Como cojeaba, miró la pezuña y tenía una astilla clavada.
-¿Qué te ha pasado?-Le preguntó Pablo.
-He salido a jugar y a resbalarme en la nieve. Me lo estaba pasando muy bien hasta que aterricé en ese tronco partido.
-¿Donde están tus padres?
-Están muy atareados ayudando a Papá Noel a repartir los regalos.                                                  
-Yo te podría ayudar. ¿Dónde vives?
-En la casa de Papá Noel. No está muy lejos de aquí. ¿Ves el humo de esa chimenea? Pues ahí está.
Pablo lo cogió entre sus brazos y lo llevó a la casa que le había indicado.
La puerta estaba abierta entró y vio muchíiiisimos regalos.
¡En tres ponía su nombre!
-¿Quien está ahí?-Preguntó el elfo.
-Soy Pablo y he encontrado al pequeño reno herido.
-Yo soy Barba Roja y estoy vigilando la casa de Santa. Muchas gracias por traerme al pequeño Rodolfo, es algo travieso pero le queremos mucho. Y ahora debes marcharte porque si Santa te ve no te llevará ningún regalo.
Pablo se despidió de sus amigos y decidió regresar siguiendo las huellas que había dejado. Por el  camino y miró hacia el cielo y veía como Santa regresaba con el trineo vacío. Los padres de Rodolfo eran los que arrastraban el trineo.
Al final del camino se deslumbró, vio una luz muy intensa que le hizo cerrar los ojos.
De repente escuchó una voz que le decía:
-¡Pablo! ¿Qué haces ahí pasmado mirando la botella de leche y con el frigorífico abierto? Vamos a preparar un Colacao calentito y a acostarnos pronto porque Papá Noel vendrá esta noche.
A la mañana siguiente no vio los tres regalos que esperaba. ¡Tenía cuatro!
¿Sabéis que había en el cuarto regalo?
¡Un precioso reno de peluche con un collar que ponía   Rodolfo!
 



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